01 julio 2009

EL PANORAMA DIGITAL: MÁS ALLÁ DE LA CACHARRERÍA DE LOS EBOOKS

Para cualquier persona interesada en el tema de los ebooks –aparatos lectores– es evidente que actualmente conviven en el mercado, o están a punto de aparecer, un conjunto de aparatos con prestaciones muy similares, pero que no han conseguido una curva de inflexión que les permita tener una cuota significativa del mercado, de tal manera que aún hoy no llega a imponerse un cacharro sobre otro (de momento). Veamos: iLiad, Papyre, Sony Reader, Cybook, Hanlin, Jetbook, iRex, txtr, Fujitsu o Kindle.

Al margen de polémicas y demagogias, y más allá de los discursos (apocalípticos o integrados) de libreros, distribuidores y editores, que siguen siendo poco reflexivos y netamente opacos (por ignorancia) al entorno digital, aquí estamos esencialmente hablando de «electrónica de consumo». Dicha cacharrería responde a una lógica alejada del universo cultural en el que (todavía) se vertebra el sector del libro, sujeta en cambio a una guerra comercial en la que no siempre el aparato que triunfa es el mejor.

Es además previsible que los aparatos de «tecnología propietaria muy cerrada», como el caso del Kindle, no puedan asentarse en el mercado europeo. Haciendo conjeturas e hipótesis sobre los que puede ocurrir en unos ¿meses?, parece razonable pensar que en el mercado español habrá un par de aparatos lectores de consumo masivo y uso horizontal, por un lado, y dos o tres cacharros sofisticados dirigidos a segmentos profesionales con una nivel de prestaciones y conectividad mucho más altos, por otro.

Nos surge una pregunta: la curva de inflexión en el mercado ¿llegará a partir del soporte o de la producción masiva de contenidos? En nuestro caso estamos usando el Sony Reader PRS 700 para leer ficheros PDF, pero no para leer libros electrónicos, entre otras cosas porque no hay en el mercado español.

Evidentemente este tema no es central ni crítico para las editoriales, sobre todo a corto plazo, como lo vienen demostrando las resistencias palpables a abordar este tipo de cuestiones o su marginación frente a otros temas «prioritarios» o «urgentes», de más calado gremial, por parte de algunos editores españoles. Incluso algunos despachan el tema digital reduciéndolo a «electrografía» (concepto proveniente del Copy-Art originario de los años 80, de difícil aplicación al ebook y a la comercialización de contenidos digitales), lo cual no sólo denota un desconocimiento flagrante de la revolución tecnológica a la que vamos a asistir con carácter inminente, sino un posicionamiento prejuiciado que genera un falso y maniqueo debate papel versus digital.

La presencia masiva de editores en el Foro Publidisa hace unas semanas nos hace pensar que podemos asistir a un posicionamiento masivo a medio plazo de los editores en este tema. La batalla en los mercados del ebook es indiferente respecto a la cacharrería que acabe imponiéndose, pero no respecto a una producción masiva de contenidos de calidad, sobre todo en los terrenos y materias más proclives a tirar del mercado a corto plazo: derecho, medicina, economía, marketing, libros técnicos, académicos, universitarios.
En ese sentido, es comprensible la preocupación de los editores de libros (en papel) científico-técnico, que ven peligrar sus tradicionales nichos y canales de venta. Iniciativas como la de Enclave Editores-BNE, propiciada por la FGEE y DILVE, con la colaboración de la Biblioteca Nacional, son primeros pasos (a modo de tanteo o campo de pruebas) del «proyecto digital» al que todo editor deberá enfrentarse en los próximos meses.

En el inminente entorno digital del libro, hay dos planteamientos básicos que debe tener claros el mundo editorial: participar activamente en el nuevo paradigma supondrá producir contenidos «multisoporte» y «multidispositivo», por un lado, y desarrollar plataformas de integración con las librerías como canal de prescripción y distribución, por otro. Negar la evidencia o cerrarse en banda al lenguaje digital es dar la espalda a un mundo que cada día crece más y en el que todos estamos, querámoslo o no, llamados a integrarnos.

7 comentarios:

Jorge dijo...

Bastante de acuerdo con lo que decis.

Kindle, por ejemplo, en Alemania no ha conseguido comercializarse porque no ha llegado a un acuerdo con los operadores de telecomunicaciones para ofrecer su servicio de conexión. Y sin ese servicio, el factor competitivo del "cacharro" desciende.

Yo no tengo la sensación de que la mayoría de las editoriales se estén preparando para ofrecer contenidos digitales, multisoporte y multidispositivo, y mucho menos las de contenido literario. Siendo esto un lastre que arrastrarán, porque no creo que sea recomendable obviar ese mercado y dejarlo sin atender.

Paradigma Libro dijo...

Lamentablemente aún hay mucho prejuicio y falta de preparación por parte de unos editores anclados en el paradigma offset como si fuese un totem, fundamentalismo que se perfila, por rechazo visceral, como ideológicamente incompatible con el entorno digital. Nosotros somos de la idea que lo digital puede y debe crear sinergias y apoyos cruzados a la promoción, comercialización y venta de los libros en papel.

Jean Val Jean dijo...

Es posible, que por afinidad con la implantación de los telefonos móviles, los dispositivos de lectura se subvencionen con un compromiso de permanencia digamos a una subscripción X. Los Grupos de comunicación con Diarios o Publicaciones Periódicas relevantes podrían ser los que diesen la campanada de salida.

Paradigma Libro dijo...

Todo apunta a que las iniciativas, efectivamente, van a partir de dos tipos de operadores: po una lado, icos con periódicos de tirada nacional, que "regalarán" un cacharro e-book de calidad mediana, mediante el típico sistema de cupón más una cantidad simbólica (un porcentaje razonable del coste real del aparato). Por otro lado, grandes superficies que pacten con uno o dos proveedores para ofertar una línea blanca de ebook (precios populares), con prestaciones limitadas y contenidos gratuitos (alguna suscripción a revista o periódico gratuito), a precios populares, y una gama alta para profesionales, con todas las prestaciones posibles (y algún paquete de suscriciones gratuitas a un año, más 50 o 100 libros de algún sello editorial de primer orden). Se impone, pues, el mercado y la guerra por las "audiencias". El movimiento lo liderarán, pues, los productores de cacharrería y los puntos de venta, no los editores.

J.J. LONGARELA dijo...

Hola sólo una pregunta, los contenidos de todoebook.com, ¿no son compatibles con el sony 700?
Gracias.
Juanjo

Paradigma Libro dijo...

El Sony PRS-700 lee muchos formatos de ficheros, y los de todoebbok por supuesto.

Julián Chappa dijo...

En mi opinión, la definitiva irrupción de los e-books no será consecuencia de la aceptación e incorporación de la nueva tecnología a la vida cotidiana del ciudadano medio, sino que será una velada o directamente abierta imposición de los gigantes de la industria como Sony, que están probando diversas estrategias y modelos de e-book, sin éxito fuera de Estados Unidos y Japón.

Con ese panorama, buscarán aliados para utilizarlos a modo de cabeza de puente para forzar la adopción de esos nuevos dispositivos a los que somos reacios por naturaleza.

La alianza será con periódicos, que -con el tiempo-acabarán regalando e-books, sabiendo que una vez que el usuario cuente con el aparatejo (y con la estrategia de marketing de que nos lo han regalado), obviamente el usuario acabará pagando por los contenidos. O sea: acabará teniendo un cacharro que no deseaba y pagando por algo que no le interesaba. Marketing. Directo a la mandíbula y al bolsillo.

Julián Chappa