13 septiembre 2009

NOS TRASLADAMOS

Los Paradigmáticos, después de 65 entradas en este blog, hemos decidido hacer las maletas y mudarnos a una nueva casa, más amplia y con vistas al mar.
Nuestra nueva dirección es:



http://www.paradigmalibro.com/



Os esperamos.

10 septiembre 2009

NUEVAS ESTRATEGIAS DE DIFUSIÓN DEL LIBRO

En unos días marcharemos a Tenerife para participar en una mesa redonda que bajo el título muy sugestivo de "Las nuevas estrategias de difusión del libro" será abordada en el Salón Internacional del Libro Africano. El Salón coincide con la celebración del VII Encuentro de Editores en Canarias, que tendrá lugar del 24 al 27 de septiembre en el Castillo San Felipe del Puerto de la Cruz (Tenerife).


La mesa está programada para el sábado, día 26, y el debate versará sobre las estrategias seguidas por los profesionales del sector para difundir el libro. En la mesa, según el comunicado de prensa de Baile del Sol, una de las editoriales organizadoras del Salón, "intervendrán algunos de los especialistas españoles más destacados en el conocimiento y manejo de nuevas herramientas de promoción editorial, como son los blogs y las redes sociales especializadas. Francisco Javier Jiménez y Manuel Gil, ambos del blog Paradigma Libro, conversarán con Óscar Sipán, escritor y editor (Tropo), y serán moderados por el periodista Eduardo García Rojas, conocido también por sus contribuciones al blog El Escobillón".

El debate promete. Os esperamos en Tenerife.

04 septiembre 2009

STAND BY Y OTOÑO EDITORIAL CALIENTE

Ya estamos aquí de nuevo. Hemos estado missing durante el periodo vacacional, zambullidos en buenas lecturas, viajes laberínticos, reponedoras siestas y mejores encuentros gastronómicos. Pero hay que volver, y en breve, tras unos días en modo stand by, los paradigmáticos prometemos retomar nuestra actividad.

Estamos migrando el blog a una nueva plataforma que nos asegurará un nivel de prestaciones muy superior, por lo que os rogamos un poquito de paciencia a los amigos que nos leeis con asiduidad.

A partir de la próxima semana entraremos de nuevo al trapo con nuevas e incisivas entradas sobre el sector del libro. La nueva dirección del blog os la comunicaremos en breve.
El otoño libresco y editorial se presenta caliente, muy caliente. Os contaremos... en breve.

29 julio 2009

EL LABERINTO DIGITAL... A VUELTA DEL VERANO

Llegamos, por fin, al anhelado veraneo, que no vacaciones, con un anticipo y una invitación. Septiembre y octubre nos prometen más debate sobre el laberinto digital, y varios son los anuncios y convocatorias que desde distintos foros nos han llegado ya. De las convocatorias de septiembre destacamos:


    -Interliteral, II encuentro de literatura digital, que desde el 17 al 18 de septiembre, en Jaén, refelxionará sobre el futuro de la creación literaria en el entorno digital.

-El Hay Festival de Segovia, del 23 al 27 de septiembre, dedicado a la arquitectura, reservará un espacio para un encuentro dedicado a la reflexión sobre el futuro de los blogs como alternativa de negocio.

-El Salón Internacional del Libro Africano (SILA), del 24 al 27 de septiembre, en Tenerife, alojará el II Encuentro de Editores, que este año abordará el impacto de Internet y de las redes sociales en la promoción del libro y de los escritores.

De los anuncios, el más esperado. Apple parece ser que por fin da el paso y anunciará -según los rumores- en septiembre el lanzamiento navideño de la nueva Tablet PC, que tras un acuerdo con EMI, Sony Music, Warner Music y Universal Music Group, ofertará un nuevo modelo de distribución de música y probablemente de libros digitales, en competición directa con Kindle de Amazon.

Por lo demás, los editores ya andamos a vueltas con el papeleo de Liber 2009, a celebrar este año en Madrid, con Rusia como país invitado. A todos les llamará la atención la foto que los organizadores de la Feria Internacional del Libro han elegido para el diseño de la invitación profesional que deberemos en breve hacer llegar a nuestros clientes y amigos: Un joven con un cacharro digital en las manos, leyendo Los tres mosqueteros, de A. Dumas. Tiene bemoles la cosa. ¿Qué editor tiene alguna sorpresa digital preparada para presentarla en IFEMA?


Nos despedimos hasta septiembre. Durante estos días les invitamos a dejarse mecer por la serenidad, la buena compañía, conversaciones enrriquecedoras y lecturas reponedoras.
A nosotros nos encontrarán ... leyendo. Porque sí.

23 julio 2009

A PROPÓSITO DE LARSSON (Y 3): VENTA A ZAFONAZOS

Durante los ultimos días hemos visitado numerosas librerías, y hemos podido constatar que los libros de Larsson son pedidos y comprados con ansiedad por infinidad de personas, nadie quiere quedarse sin la tercera parte –sin ya ha leido los dos primeros volúmenes de la trilogía–, o se ha decidido por fin a incarle el diente, «al menos el primero», para quitarse el gusanillo de la curiosidad que ha suscitado este fenómeno social.

Porque estamos ante esto, al igual que lo han sido las pandemias de los virus Zafón-2 y Potteriana 5-7. Pero lo asombroso (¿lo sigue siendo para alguien?) es que las librerías están bastante vacías, siguen vacías, de lectores, de clientes y, si seguimos a este ritmo de devolución... de libros.

En cualquier caso, los libreros nos insisten en que la aparición del tercer volumen de Millenium ha reactivado, un poco al menos, el tráfico a las librerías. Por cierto, hace unos días leíamos cómo ha descendido el índice de afluencia a los centros comerciales –Indice Experian Footfall- en España. Este informe mide la afluencia a los centros comerciales, y arroja en España un dato significativo: el descenso en mayo de un 5,2% en comparación con mayo de 2008. Según el informe, se deteriora también el índice acumulado que se situa ahora en -1,7%, frente al -0,9% del apsado mes de abril.

Parece ser que lo preocupante no es la bajada, sino el cambio que el informe muestra en la estacionalidad del sector, ya que tradicionalmente mayo era un mes alzista en afluencia. De hecho, la última semana de mayo arroja un descenso del 11,5% respecto de la misma semana del año anterior.

Nos surge una reflexión al hilo de estos datos. Hay cadenas de librerías que han optado por crecer instalándose en estos mall y centros comerciales, en vez de hacerlo en núcleos poblacionales urbanos. Estas sucursales de las cadenas venden poco o nada de lunes a jueves, comenzando una recuperación a partir del viernes, para centrar el grueso de sus ventas los fines de semana y festivos. ¿Cómo estarán ahora mismo esas librerías? ¿Les está salvando los libros de Larsson? ¿Qué margen porcentual de devolución por encima del ejercicio anterior están generando a marchas forzadas estos puntos de venta al grito de «más madera»?

Efectivamente, nos llegan noticias de otra avalancha de devoluciones, sinónimo de una situación de crisis más que preocupante. Según los usos y costumbres tradicionalmente esgrimidos en este sector, los meses de abril, mayo y junio eran potentes en ventas, y las devoluciones de junio y julio estaban controladas. El problema es que las devoluciones no han bajado su ritmo, quizá aumentado, desde noviembree pasado. Esto empieza a sonar no a anomalía, sino a un cambio estructural.

Seguimos analizando las cosas según esos «usos y costumbres» y, claro, no entendemos nada, porque en vez de mirar lo que pasa ahí fuera, seguimos mirándonos el ombligo. ¿No tendremos que empezar en el sector del libro a hablar de «ciclos de consumo»? Desde San Jordi y las Ferias del Libro la gente ha ahorrado (¿algo?) para poder consumir en vacaciones, y a la vuelta, inevitablemente, comenzará a ahorrar para poder consumir en Navidad. Los hábitos de consumo respecto del libro están cambiando, y parece que fenómenos como Millenium se repiten con mayor frecuencia, de tal manera que el sector se va a tener que readaptar para vender a zafonazos, para vender algo al menos.

Ante esta economía de crisis, otros sectores saben reaccionar, inyectando cintura a la banda de precios. ¿Para cuándo será inevitable el fin del precio fijo para el libro? ¿Para cuándo será inevitable la posibilidad de hacer rebajas del libro? En todos los sectores del consumo moderno las rebajas y promociones incentivan la demanda y reducen stocks. Aquí, con no subir demasiado los precios nos conformamos, aunque el consumidor reclame otras cosas.

Lean, lean a Larsson. Y acuérdense también de Tolstoi, Dostoievski, Thomas Mann, Joseph Roth, Stefan Zweig, y de Pérez Galdós, Valle-Inclán, Unamuno, Baroja, Lorca, Vila-Matas, Pérez Reverte. Y sobre todo, lean lo que les de la gana.

22 julio 2009

A PROPÓSITO DE LARSSON (2): ¿LIBROS PARA PENSAR?

En el pasado Encuentro de Editores de Santander, en la mesa sobre edición de «libro de ensayo», tuvimos ocasión de asistir a un nuevo asalto del debate edición cultura versus edición mercado. Aunque nos declaramos firmes defensores y frecuentadores de lo que el maestro Einaudi denominaba «edición-sí», que tan oportunamente Jorge Herralde nos recordó a todos los asistentes, el debate cultura/mercado se reactivó entre los editores con ocasión de un comentario a la trilogía de Larsson.

Algún editor se atrevió a afirmar que él editaba sólo libros «para pensar», mientras que el representante de Planeta defendió unos libros escritos con calidad por un periodista de reconocido prestigio en su país. Al margen de elitismos trasnochados, lo que se impone es la realidad. En un sector acosado por la crisis en términos relativos, ver a la gente en el metro y en los autobuses con los libros de Larsson es algo que mueve abiertamente a reflexión. El descomunal nivel de ventas alcanzado en tan poco tiempo por esta trilogía, con una compra compulsiva del tercer volumen el mismo día de su aparición en librerías, obliga al sector, a editores y libreros, a reflexionar sobre este fenómeno, trascendiendo un maniqueo debate cultura/mercado. Nos hacemos varias preguntas:

  1. ¿No son los libros de Larsson algo más que un simple best seller?
  2. ¿Responden a un moda o a una tendencia sociológico-comunitaria?
  3. ¿Estamos ante un caso a estudiar por los profesores de marketing de ventas o por los sociólogos que estudian los hábitos de consumo?

Leyendo estos días a Rogert Chartier, investigador sobre el mundo de la cultura escrita, el libro y la lectura de la Modernidad a nuestros días, leíamos una peculiar definición del concepto «cultura» que nos puede ayudar a arrojar luz a este fenómeno: «aquella manifestación que articula las producciones simbólicas y las experiencias estéticas sustraídas a la urgencia de lo cotidiano, con los lenguajes, los rituales y las conductas gracias a los cuales una comunidad vive y reflexiona su vínculo con el mundo, con los otros y con ella misma».



No hay lugar a dudas de que la millonaria venta de la trilogía de Larsson, además de una moda, un negocio para un editor, varios distribuidores y cientos de puntos de venta, incluidas librerías independientes, podríamos calificarla de «producción simbólica» de la sociedad occidental. Algunos periodistas han bautizado a estos best seller como «de calidad», para distinguirlos de otros productos de secuelas de algún éxito cinematográfico, o provocadores del mismo, cuya calidad literaria deja mucho que desear.

Con Larsson, y no nos pongamos puristas, está ocurriendo que gusta a unos y a otros, a los exquisitos y a la masa. No sabemos si los libros de Larsson son una joya literaria, pero desde luego su virtud de entretenimiento no está reñida en absoluto, en principio, con una segunda lectura «para pensar». Desde luego, este fenómeno nos debería hacer «pensar» a los artífices del sector, a descubrir que tras la trilogía de Larsson se esconde no sólo un negocio, sino un fenómeno de masas, en definitiva, un discurso que trasciende la materialidad de los libros.



Leyendo de nuevo a Chartier, recordamos que I. Kant, en su Metafísica de las costumbres (1796), constataba la doble naturaleza del libro, material y discursiva, y distinguía así entre el libro como «opus mechanicum», como objeto material, que pertenece a su comprador, y el libro como discurso dirigido a un público, que sigue siendo propiedad de su autor y que sólo puede ser puesto en circulación por sus mandatarios. Implica por tanto la separación entre la identidad esencial de la obra y la pluralidad indefinida de sus estados, o si queremos, entre la sustantividad y el accidente, el texto ideal y trascendente, por un lado, y las formas múltiples de su publicación, por otro.

Larsson seguirá siendo un fenómeno social cuando esté disponible en formato de bolsillo, incluso cuando la plataforma digital de Planeta lance la trilogía en formato e-book allá por Navidad. Y aquí se produce la paradoja: los defensores del ensayo, de los «libros para pensar», alegaban una concepción idealista de la edición, que ahora, comprobamos con estupor, se vuelve en su contra. Como nos recuerda Chartier, David Kastan califica de «platónica» la perspectiva según la cual una obra trasciende todas sus posibles encarnaciones materiales, y de «pragmática» a la que afirma que ningún texto existe fuera de las formas materiales que lo dan a leer o a oír.

Pues bien, a pesar de la venta inmediata y millonaria y del ruido mediático de los «tochos» de Larsson (lectura pragmática), creemos que este fenómeno (lectura idealista) trascenderá los soportes. Como paradigma de una revolución social, económica y cultural, la trilogía Millenium anuncia nuevos tiempos para el mundo del libro, donde éste se ha incorporado a la lógica de los fenómenos de masas dentro del gran consumo de productos culturales, a analizar no por índices de lectura (profesores y académicos) sino por hábitos de consumo (sociólogos y directores de marketing).
Cultura y mercado no se excluyen, pues. La gran pregunta a hacerse es ésta: ¿Un fenómeno editorial como éste hace vender otros libros? Es decir, después de Millenium ¿qué?

16 julio 2009

A PROPÓSITO DE LARSSON (1): ¿EN QUÉ SE PARECE UN BEST SELLER A UNA HAMBURGUESA?

Llegó el verano y los libreros andan como locos montando escaparates e ingeniándoselas para vender a cuchillo el último libro que cierra la trilogía de Larsson, talismán al que el sector ha dotado de los mágicos poderes que nos sacarán de la ya asumida crisis del libro. Los libreros quieren hacer caja como sea, los distribuidores esperan que esas ventas millonarias frenen el tsunami de la devolución (de los «otros» libros, claro), y los «otros» editores se debaten entre presentar su próximo plan editorial o dedicarse a vender lencería gruesa, porque ya no saben qué hacer con las fajas de sus libros no vendidos.

La culpa de todo, según algunos, la tiene la homogeneización de la demanda, o sea, los best sellers, que están erosionando el mercado, generando con la pandemia lectora anomalías perjudiciales para todo el sector. Pero, ¿qué es un best seller? Contesta a la pregunta el escritor y editor mexicano Roberto Pliego en el último número de la revista Texturas:
  1. Best seller: término acuñado por Harold Bell Wright en 1902, al que definió como «comida sencilla para gente sencilla».
  2. Mucho antes de que se hablara de industria del libro o de sociedad de masas, el best seller ya estaba allí: Los muchachos de la montaña verde (1839), de Daniel P. Thompson alcanzó 50 reimpresiones en veinte años; La cabaña del Tío Tom (1852), de Harriet B. Stowe, vendió 300 mil copias en un año.
  3. El best seller no se escribe para hacer literatura, sino para hacer sonar la caja registradora.
  4. El best seller es el libro que vende el mayor número de ejemplares en el menor tiempo posible: el Quijote, la Biblia o Cien años de soledad no son best sellers.
  5. El best seller es un producto que es signo de la rapidez y que está vacunado contra la relectura.
  6. Nada más ajeno al lector de best seller que una biblioteca... o una librería.
  7. El best seller es ajeno a la crítica literaria o a la historia de la literatura: no precisa análisis, solo busca experiencias inmediatas.
  8. Al best seller le beneficia el precio libre y la manga ancha en la propiedad intelectual y los derechos de autor.
  9. El autor de best seller no rinde cuenta a la literatura, sino al director comercial de la editorial.
Hace unos días, en una de nuestras clases en el Master de Edición de la Universidad de Salamanca, en asociación con Santillana, los alumnos nos interrogaron sobre el casi inevitable tema de la venta compulsiva de los libros de Larsson; fruto de la charla posterior surgió la siguiente pregunta: ¿Por qué los éxitos editoriales y los grandes bestseller recaen en la mayoría de las ocasiones, estadísticamente hablando, en dos o tres grandes grupos editoriales? Se nos ocurren las siguientes hipótesis de trabajo que pudieran explicar este fenómeno:
  1. La gestión del talento editorial: al tener una gran potencia económica este perfil de editoriales contratan editores de gran «olfato» literario.
  2. Son editoriales con un marcado carácter comercial: no tienen un sesgo cultural-apostolar.
  3. Son empresas que no tienen editores sino «coolhunters» («cazadores de tendencias») que saben leer tendencias emergentes en la sociedad de cada país.
  4. La potencia económica de la editorial –o de su grupo- determina el acceso a manuscritos y autores de cachés muy altos. Esto podría explicar un Follet, un Le Carré o un Grisham, pero no explicaría un Dan Brown, un John Boyne, el primer Harry Potter o el mismo Larsson.
  5. Son empresas con capacidad para desarrollar un marketing coherente y congruente, con un apoyo cruzado desde otras partes del conglomerado mediático.

¿Y usted qué piensa? ¿Se debe a alguno de estos factores causales? ¿No será un mix de varias hipótesis? o ¿a una casualidad dentro de la teoría de las catástrofes? La pandemia del best seller ¿propiciará la caída del precio fijo?

Terminamos con una cita de Roberto Pliego: ¿En qué se parece un best seller a una hamburguesa? En que uno y otra están hechos de ingredientes poco fiables y saben mejor cuando se ofrecen a precio de ganga.

15 julio 2009

ENCUENTRO DE EDITORES DE SANTANDER: EN BUSCA DEL FUTURO PERDIDO

Apenas hace unos días estuvimos en Santander, participando como "alumnos" (osea, pagando), en el Encuentro de Editores de la UIMP, promovido por la FGEE, que en esta convocatoria no tenía otro lema que el de celebrar los XXIV encuentros anteriores. Los ponentes, explicó la organización, iban a ser específicamente algunos de los directores de curso de las anteriores ediciones, por lo que la coherencia y solidez de este Encuentro, al margen de lo celebrativo, ha sido muy difícil de conseguir. El hilo conductor ha sido, no obstante, el merecido honoris causa a Pancho, celebrado por unanimidad por todos los presentes.


A pesar de que siempre es grato coincidir con colegas y amigos en un "marco incomparable" como es el Palacio de la Magdalena, pasados los días nos ha quedado un tono vital lleno de melancolía y ñoñez, debido al poco peso específico que en general han tenido unas sesiones dedicadas a hacer balance (pobre) y plantear perspectivas de futuro (pocas) para un sector, el del libro y la edición, necesitado a gritos de "nuevos aires", como el propio Presidente de la FGEE manifestó en la sesión de clausura.


No pretendemos hacer una crónica detallada de las sesiones. De todas las ponencias, alguna de ellas producto de la improvisación, otras brillantes (como la de Jesús Badenes), la que más nos llamó la atención, no sólo porque fue soberbia, sino porque aportó una documentación impecable y temas de fondo para reflexionar, fue la de Dña. Rosalina Díaz, Directora General de Wolters Kluwer España. Su ponencia, dentro de la mesa redonda destinada al tema de las nuevas tecnologías y la propiedad intelectual, presidida por Rafael Martínez Alés, y con Julián Viñuales senior y José Antonio Millán como co-ponentes (en la foto), llevaba precisamente por título "Las nuevas tecnologías de la edición y su repercusión en la propiedad intelectual".


Rosalina Díaz, en un ejercicio preclaro de reflexión sobre los futuros a los que se enfrenta el mundo del libro, apuntó las cinco tendencias que están transformando el tradicional negocio del libro:
  1. La innovación tecnológica: con una vertiginosa y paulativa mejora de los ebooks, con un aumento de la capacidad de búsqueda de los grandes buscadores, y una disminución del coste de la POD.


  2. La customización: que ofrece la posibilidad de adquirir contenidos recopilados o por capítulos, personalizando las recopilaciones con contenido propio y portadas customizadas, abriendo nuevas posibilidades de mercado, particularmente en el mundo académico.


  3. Consumo de contenido desmenuzado: propiciando la venta por capítulos individuales, secciones o artículos, las suscripciones a corto plazo, o la oferta gratuita del contenido completo de un libro en versión digital y venta del mismo contenido en formatos complementarios.


  4. Compromiso/colaboración: propiciando el proceso de creación y edición posterior.


  5. Enriquecimiento/expansión: estamos asistiendo a una transfomación del objeto "libro", que está perdiendo materialidad para experimentarse como contenido enriquecido.
Como ilustración, Rolasina Díaz apuntó una serie de ejemplos para cada una de estas tendencias, nuevas líneas de negocio que ya han surgido a la sombra de las nuevas tecnologías y los nuevos hábitos de consumo:


  1. Customización: plataformas como Primis de McGrawHill, Falt World Knowledge o MijnWebboek.be. La customización supone que el usuario puede hacerse un libro a medida para leer en pantalla, con posibilidad de autoedición en papel.


  2. Contenido desmenuzado: plataformas como Taylor & Francis eBookstore, SpringerLink, Cengage iChapters, Chegg o Bookswin. El usuario puede comprar capítulos ueltos o fragmentos, o imprimirse el libro en papel con grandes descuentos.


  3. Colaboración: plataformas como Safari, West Law School Exchange, ConneXions, Merlot, donde el usurio participa activamente, como prosumidor, en la creación y edición posterior de los contenidos.


  4. Enriquecimiento: con plataformas como ImageCONSULT, thevisualMD, MyMathLab o Aplia, donde el usuario dispone de textos e imágenes enrriquecidas para consulta, estudio y aprendizaje on line.

Nuevas tecnologías aplicadas al sector del libro que están trascendiendo las fronteras materiales y jurídicas del objeto "libro" en las que el sector está aún encorsetado. Son las mismas limitaciones que, por falta de visión, hacen a alguno de los ponentes de Santander afirmar que Wikipedia es una más de las enciclopedias on line disponibles, con la diferencia de que ésta actúa como Robin Hood, que roba a los editores para dárselo a los lectores, cuando Wikipedia es todo menos una enciclopedia on line al uso, sino una comunidad de conocimiento que basa su razón de ser en la colaboración proactiva de los propios usuarios.



Comentarios como este hacen patente que algunos de nuestros mayores no están entendiendo la irrupción de un nuevo paradigma, que va a afectar seria y profundamente al día a día de los actores del libro, desde los autores hasta los libreros, pasando inevitablemente por una transformación brutal de la distribución, y, claro está, un rediseño de las vías de negocio y razón de ser de los editores. Por no hablar del impacto en los hábitos y tipos de lectura. No se trata de estar fascinados por cacharros y nuevas tecnologías. No asistimos a un cambio tecnológico, sino a un cambio cultural, que tendrá consecuencias económicas.

Los futuros de la edición pasan, por tanto, por abrirse a nuevas posibilidades con espíritu emprendedor, sin renunciar, claro está, a seguir haciendo las cosas bien en papel. En esa línea, intervenciones como la de Javier Pradera sorprendieron por la perplejidad y asombro que mostró ante la, ya no tan reciente, irrupción en el mercado de tantos y pequeños editores independientes. La respuesta la dió Jorge Herralde, que de nuestros mayores fue el más acertado no sólo al alabar el magnífico trabajo que estos editores independientes están haciendo (en España e Hispanoamérica), con sus cuidados catálogos y ediciones en papel, sino al dar un toque de atención a los asistentes ante la llegada del "nuevo paradigma". El wiki-editor ya está aquí.

Esperamos que en las próximas ediciones, los Encuentros de Editores de Santander hagan un ejercicio de autocrítica, en positivo, y den una oportunidad a los nuevos talentos de la edición, para que esos "aires nuevos" revitalicen el debate y la reflexión, que por falta de ideas (no es cuestión de edad, sino de capacidad de generar discurso) está languideciendo y abocando al sector a la ñoñez y al papanatismo melancólico.

13 julio 2009

BATALLAS DIGITALES Y POSICIONAMIENTOS DIFUSOS

La batalla ha empezado: como Kurosawa ya retrató con maestría en su película Ran (1985), el clan Ichimonji está en pie de guerra y los herederos del gran Hidetora se disponen en formación para iniciar el combate.

El acuerdo Santillana-Random-Planeta con las agencias de derechos para constituir una plataforma de compra de derechos digitales es una noticia que tiene ribetes preocupantes para la edición independiente. Cuando los grandes se ponen de acuerdo no es para convertirse en una ONG sino para delimitar y marcar reglas de juego ante un mercado emergente. Veamos algunas de las afirmaciones que se vierten en el comunicado de prensa, y al hilo de los mismos las reflexiones que nos planteamos:


1. «Comercializar a través de las librerías mediante códigos de descarga». Si el proceso implica tener que desplazarse físicamente a una librería para adquirir un cartón con el que a su vez, ya desde casa, puedas descargar el ebook, acabará siendo un fracaso. La protección del tejido de librerías no puede conllevar cargar de costes de transacción al cliente. Más bien hay que pensar en constituir una macroplataforma de contenidos que enlace con todas las librerías que lo deseen, de forma que el cliente pueda comprar en su librería habitual a través de un interface que conecta la librería con la macroplataforma, y todo ello sin moverse de casa. Por otro lado, habrá que comenzar a preguntarse qué proceso de valor añadido va a hacer la librería independiente (frente a las grandes superficies y cadenas de librerías) a la hora de comercializar ebooks por descarga y pago por tarjeta o por cualquier medio de pago virtual. El traslado de margen a un eslabón de la cadena debe reposar en el concepto de «añadir valor», pero no olvidemos que lo que no añade valor añade pérdidas. Estamos totalmente de acuerdo con una protección de las librerías, pero parece imprescindible confirmar qué valor van a añadir al proceso: ¿marketing intensivo digital en función de las especialidades propias de cada librería?


2. «No pasaremos por encima de los editores. Se darán los derechos a los editores que ya los tienen en papel». El olfato nos dice que esto es una declaración de intenciones cara a la galería, y que en unos meses veremos que los derechos digitales los llega a tener cualquiera. No hay de qué extrañarse: al igual que en el mundo analógico, los derechos digitales podrán estar, en numerosos casos, fraccionados en función de formatos, áreas geográficas, idiomáticas, etc. Esto supone una cuestión nada baladí. Pero ¿por qué los autores van a dejar los derechos digitales en manos de las agencias? ¿Por qué no se plantean comercializarlos directamente? La Red ha facilitado todo: del autor al lector sin intermediarios ni exclusividades. Esta posibilidad no es ciencia ficción. Si el autor –creador de contenidos- amplia su margen desde el 10% actual hasta una horquilla de entre el 25% y el 40%, será a cambio de una fuerte mengua de márgenes en otros eslabones de la cadena de valor.


3. «Negocio de márgenes muy ajustados». El negocio digital será un negocio de eficiencia operativa, con una caída brutal de precios a la baja, fundamentalmente porque los costes de transacción tienden a cero. El mercado determinará los umbrales y horquillas de precios que el consumidor final considere aceptables y esté dispuesto a pagar, por lo que será fundamental ver qué valor añade cada eslabón de la cadena. En negocios de fuerte eficiencia operativa y teniendo en cuenta que el reparto de márgenes habrá que rediseñarlo, se producirán procesos de desintermediación muy duros. Pero, siendo el editor, ¿traspaso margen a cambio de qué?


4. «Nuevos actores». La situación se presta a la entrada de nuevos actores, pese a que, como diría Michael Porter, el negocio es poco atractivo desde el punto de vista de los márgenes. Se incorporarán, esencialmente, plataformas online con estructuras de costes muy bajas, una gran eficiencia operativa y un gran poder de desarrollo de marketing on line hacia grupos y comunidades hipersegmentadas.

5. «Ahora mismo estamos ante lo que se puede conceptualizar como un mercado emergente, con una bajísima demanda real y sin oferta de cierto valor añadido». Razón lleva Jesús Badenes al señalar cómo se están comportando otros mercados extranjeros, donde se han realizado importante inversiones pero a las que no se ve un retorno razonable. Parece sensato y cauto el tentarse la ropa antes de lanzarse a invertir enormes cantidades de dinero sin tener certezas de retorno razonables.


6. Las posibilidades de desintermediación no implican la desaparición de las funciones. Es importante conceptualizar este tema. Son numerosas las presentaciones de los nuevos gurús digitales a las que hemos asistido en las que te lanzan una diapo con las posibilidades de desintermediación que la nueva cadena de valor digital plantea. Efectivamente se presentan opciones muy diversas que pueden hacer que ciertos eslabones puedan ser eliminados. Pero esto no implica la desaparición de las funciones: es posible que un autor pueda comercializar directamente al lector sus creaciones de contenidos, pero entonces él mismo tendrá que desarrollar las funciones de editor, distribuidor y de director de marketing. Obviamente el desplazamiento del valor avanzará hacia adelante en la cadena, siendo el del marketing el eslabón decisivo. La distribución –por descarga- será un comodity. Lo decisivo del valor radicará en la estrategia pull hacia el cliente final.


Estamos convencidos que, a falta de certezas absolutas en el tema digital, veremos muchas iniciativas en los próximos meses, a modo de experimentos y ensayos. De momento, los grandes grupos comienzan a liderar y a definir reglas competitivas. Pero, ¿y los editores independientes? Se impone a corto plazo unas sesiones de reflexión de la edición indepediente sobre estos temas, para diseñar y desarrollar unas líneas de posicionamiento diáfanas.

Cuando se carece de estrategia, cualquier dirección parece buena; incluso el no hacer nada hasta ver las cosas más claras puede parecer a algunos la opción más inteligente, pero este inmovilismo no deja de ocultar miedo y esclerosis de un paradigma condenado a cambiar.

06 julio 2009

LA CRISIS Y EL LIBRO: EJERCICIOS FUNAMBULISTAS

La aparición este sábado en diferentes medios de los primeros resultados sobre el ejercicio de 2008 y un avance sobre la situación del sector en el primer semestre de 2009, a partir de los datos suministrados por la FGEE, nos lleva a reflexionar sobre algunas de las cuestiones que se apuntan. El titular de El PAIS no podía ser más contundente, dentro de la línea sensacionalista que ha caracterizado la “reflexión” sobre el sector en los últimos meses: “El libro también se suma a la crisis. Tras años de crecimiento, las ventas bajaron un 6% en el primer semestre de 2009”.

La línea de argumentación del titular ya nos parece errónea y nos ofrece suficientes motivos para discrepar rotundamente. Los últimos años el sector ha crecido por debajo de la inflación, de hecho, a precios constantes el sector ha decrecido en los últimos diez años el 1,2%. Ver cuadro.


Conclusión: dejemos de anunciar a bombo y platillo el “crecimiento”, para hablar directamente de estancamiento.
Por otro lado, de las cifras que se aventuran del primer semestre de 2009 –se explica que son “muestras y proyecciones”­- se afirma que tan sólo se ha producido un descenso del 6%, a pesar de que sostiene que se parte, según los datos de enero y febrero, de un 40% de descenso. La cifra del 6% en el semestre es por tanto difícilmente creíble (supondría que en los cuatro meses restantes, para compensar el 40% de caída, se debería haber facturado una cifra escalofriante, cosa que no es verdad).
En el artículo se recogen también las declaraciones de Michèle Chevallier –Cegal- , que habla de un descenso del 25% en librerías. Desde nuestro punto de vista, la apreciación de Cegal parece bastante más realista y objetiva, mucho más fiel a una realidad que no deja de ser preocupante.
Las devoluciones efectivamente han sido descomunales, esencialmente porque se han convertido en el único mecanismo corrector entre oferta y demanda. La devolución está penalizando la sobreproducción editorial que no se ajusta a la demanda real. Si no se vende, lo racional es devolver; si no se vende, lo racional y prudente es comprar e implantar cantidades mucho más bajas. Si a todo esto se añade parón de compras institucionales y unas demoras en los pagos de la administración a las librerías, el cuadro es preocupante.
¿“La tendencia es recuperarse”, como afirma el artículo? Pues va a ser que no. De momento no hay brotes verdes, sino atonía y estancamiento. Parece más que necesario y urgente disponer de un plan B, es decir, de un plan anticrisis del sector. ¿La burbuja editorial ha pinchado definitivamente?

01 julio 2009

EL PANORAMA DIGITAL: MÁS ALLÁ DE LA CACHARRERÍA DE LOS EBOOKS

Para cualquier persona interesada en el tema de los ebooks –aparatos lectores– es evidente que actualmente conviven en el mercado, o están a punto de aparecer, un conjunto de aparatos con prestaciones muy similares, pero que no han conseguido una curva de inflexión que les permita tener una cuota significativa del mercado, de tal manera que aún hoy no llega a imponerse un cacharro sobre otro (de momento). Veamos: iLiad, Papyre, Sony Reader, Cybook, Hanlin, Jetbook, iRex, txtr, Fujitsu o Kindle.

Al margen de polémicas y demagogias, y más allá de los discursos (apocalípticos o integrados) de libreros, distribuidores y editores, que siguen siendo poco reflexivos y netamente opacos (por ignorancia) al entorno digital, aquí estamos esencialmente hablando de «electrónica de consumo». Dicha cacharrería responde a una lógica alejada del universo cultural en el que (todavía) se vertebra el sector del libro, sujeta en cambio a una guerra comercial en la que no siempre el aparato que triunfa es el mejor.

Es además previsible que los aparatos de «tecnología propietaria muy cerrada», como el caso del Kindle, no puedan asentarse en el mercado europeo. Haciendo conjeturas e hipótesis sobre los que puede ocurrir en unos ¿meses?, parece razonable pensar que en el mercado español habrá un par de aparatos lectores de consumo masivo y uso horizontal, por un lado, y dos o tres cacharros sofisticados dirigidos a segmentos profesionales con una nivel de prestaciones y conectividad mucho más altos, por otro.

Nos surge una pregunta: la curva de inflexión en el mercado ¿llegará a partir del soporte o de la producción masiva de contenidos? En nuestro caso estamos usando el Sony Reader PRS 700 para leer ficheros PDF, pero no para leer libros electrónicos, entre otras cosas porque no hay en el mercado español.

Evidentemente este tema no es central ni crítico para las editoriales, sobre todo a corto plazo, como lo vienen demostrando las resistencias palpables a abordar este tipo de cuestiones o su marginación frente a otros temas «prioritarios» o «urgentes», de más calado gremial, por parte de algunos editores españoles. Incluso algunos despachan el tema digital reduciéndolo a «electrografía» (concepto proveniente del Copy-Art originario de los años 80, de difícil aplicación al ebook y a la comercialización de contenidos digitales), lo cual no sólo denota un desconocimiento flagrante de la revolución tecnológica a la que vamos a asistir con carácter inminente, sino un posicionamiento prejuiciado que genera un falso y maniqueo debate papel versus digital.

La presencia masiva de editores en el Foro Publidisa hace unas semanas nos hace pensar que podemos asistir a un posicionamiento masivo a medio plazo de los editores en este tema. La batalla en los mercados del ebook es indiferente respecto a la cacharrería que acabe imponiéndose, pero no respecto a una producción masiva de contenidos de calidad, sobre todo en los terrenos y materias más proclives a tirar del mercado a corto plazo: derecho, medicina, economía, marketing, libros técnicos, académicos, universitarios.
En ese sentido, es comprensible la preocupación de los editores de libros (en papel) científico-técnico, que ven peligrar sus tradicionales nichos y canales de venta. Iniciativas como la de Enclave Editores-BNE, propiciada por la FGEE y DILVE, con la colaboración de la Biblioteca Nacional, son primeros pasos (a modo de tanteo o campo de pruebas) del «proyecto digital» al que todo editor deberá enfrentarse en los próximos meses.

En el inminente entorno digital del libro, hay dos planteamientos básicos que debe tener claros el mundo editorial: participar activamente en el nuevo paradigma supondrá producir contenidos «multisoporte» y «multidispositivo», por un lado, y desarrollar plataformas de integración con las librerías como canal de prescripción y distribución, por otro. Negar la evidencia o cerrarse en banda al lenguaje digital es dar la espalda a un mundo que cada día crece más y en el que todos estamos, querámoslo o no, llamados a integrarnos.

30 junio 2009

A LA SOMBRA DE UN TILO: MARKETING ON LINE DEL LIBRO

El pasado mes de mayo tuvimos ocasión de participar activamente en la tercera sesión de TILO (Taller de Ideas sobre el Libro), organizado por ADILE y la FGEE, teniendo a CEDRO como anfitrión. El debate de esta sesión giró en torno a las “nuevas estrategias de marketing editorial para la comercialización del libro”. El punto de partida de la sesión de trabajo fue qué papel puede jugar el marketing online en la estrategia de comercialización del libro, y cómo el aprovechamiento de la Red y de las nuevas tecnologías del entorno digital se está convirtiendo en una herramienta clave para el apoyo cruzado de la promoción y venta de libros a través del canal tradicional.
Las herramientas que las nuevas tecnologías han propiciado están obligando al sector del libro no sólo a renovar sus estrategias de comunicación on line, sino que a replantearse seriamente su manera de pensar y actuar en la Web 2.0. Se trata, obviamente, de aprender a manejar las nuevas herramientas, pero no de incorporarlas sin más a los procesos tradicionales: la clave está en saber utilizarlas en función de un específico y bien diseñado plan estratégico de marketing on line. No sólo se hay que facilitar la información sobre las novedades editoriales en forma y plazo (una prioridad que es fundamental para la mejora de la cadena de suministro de libros), incorporando nuevos elementos multimediáticos; se requiere además un dominio de los nuevos lenguajes y las estrategias de comunicación en la Red, que implican «saber escuchar», «compartir y generar experiencias», «saber comunicar», «participar», «lograr audiencias».

De las conclusiones de esta sesión de TILO destacamos: «Vivimos actualmente un profundo cambio en los hábitos consumo cultural y de acceso al conocimiento, a la información y al ocio, que afecta a toda la sociedad en su conjunto. El sector del libro no puede ser ajeno a estos cambios profundos que afectan a la sociedad. Estas nuevas formas de comunicación y ocio ya están provocando cambios en las formas de editar, vender, distribuir, promocionar, comprar y leer libros».

«El sector de libro está obligado a posicionarse ante esta nueva realidad, y no ser un mero espectador de los cambios que se están produciendo. Ha de convertirse en actor protagonista en este nuevo escenario, para evitar que otros agentes, hasta ahora externos al sector, puedan dirigir y controlar importantes parcelas de actividad, aprovechándose de estas nuevas formas de operar en el mercado del libro que se está creando actualmente, y para las cuales, todavía no están definidos claramente los modelos de negocio».

En el «laberinto digital» lograrán éxito aquellos editores que se atrevan a explorar los nuevos territorios y a experimentar con estas nuevas herramientas. No sólo se trata de facilitar la tarea a la cadena de suministro (anticipando la información objetiva y útil en tiempos operativos). Además, los editores deberán desarrollar estrategias de innovación, desarrollando nuevas formas de marketing on line. Las nuevas tecnologías no son sólo unas nuevas herramientas, sino que implican una nueva forma de pensar. De nada sirve disponer de los nuevos recursos que nos ofrece Internet si los editores no entienden y aprenden las implicaciones de la mentalidad Web 2.0.
En este sentido, R. Zafra, en su libro «Netianas», recurre a esta cita de R. Braidotti: «Hace falta más que una máquina para alterar verdaderamente los modelos de pensamiento y hábitos mentales». Si los editores no abordan ese cambio de diseño de sus estrategias de comunicación online, seguirán viendo en lo digital una maquinita diabólica indescifrable, y caerán en el torpe maniqueísmo que enfrenta lo digital al papel.

24 junio 2009

BIBLIOTECAS 2.0: EL ANUARIO DE BIBLIOTECAS ESPAÑOLAS 2009

La Fundación Alonso Quijano, institución creada en el 2000 y dedicada al fomento de la lectura, acaba de publicar el Anuario de Bibliotecas Españolas 2009. Las principales líneas de actuación de la Fundación son, entre muchas otras, la realización de proyectos de promoción de la lectura, la organización de actividades de formación en el ámbito de la lectura y la cooperación internacional al desarrollo.
Una de estas labores es la redacción y publicación de este Anuario que, en esta edición, ha contado con la colaboración de un comité científico de más de treinta personas, que proviene del entorno de las bibliotecas y del sector del libro. Esta publicación de casi 500 páginas viene a completar el importante trabajo de divulgación que realiza la revista Mi Biblioteca, y dice muy a las claras del papel fundamental que las bibliotecas españolas están realizando en el fomento y animación a la lectura.
El Anuario se presenta como un exhaustivo estudio del panorama bibliotecario español, y se convierte en una herramienta útil para conocer mejor el trabajo de los distintos sistemas bibliotecarios de España. Nos ha llamado poderosamente la atención el apartado que el Anuario dedica a los blogs, que incluye en el capítulo titulado «Fuentes de información», en la sección que lleva denominada «Recursos para Bibliotecarios».
Los bibliotecarios se ponen las pilas y se adentran sin ningún miedo ni reparos en el mundo digital, de las redes sociales y de la wikinomía, mientras que para libreros y editores el universo digital sigue siendo un laberinto en el que no se atreven a entrar, o que desprecian por desconocimiento. Sin entrar en demagógicas disquisiciones sobre lo que es o no es un libro digital, los bibliotecarios están demostrando esa «sensibilidad wiki» tan necesaria para navegar con éxito en el mundo de las redes sociales y de la blogosfera, lenguajes y jergas que el bibliotecario sabe que debe no sólo conocer sino frecuentar y dominar si quiere hablar el mismo idioma que sus usuarios reales y potenciales. Este apartado dedicado a la blogosfera como recurso bibliotecario incluye una relación de los siguientes tipos de blogs:

-Blogs de bibliotecas públicas.
-Blogs de bibliotecas escolares.
-Blogs de bibliotecas universitarias o de uso informativo en la universidad.
-Blogs de bibliotecas especializadas.
-Blogs personales sobre biblioteconomía y documentación.
-Blogs de asociaciones e instituciones del ámbito de la biblioteconomía y documentación.

El capítulo se completa, y es de agradecer, con una relación (provisional pero rigurosa) de blogs de temas afines a la biblioteconomía, que corresponden al mundo editorial y al ámbito de la animación por la lectura.

Otro capítulo que merece destacarse, y digno de felicitación, es el dedicado a «Recursos para usuarios», donde se relacionan las Bibliotecas digitales en cinco rangos principales:

-Bibliotecas digitales temáticas.
-Bibliotecas digitales de instituciones.
-Bibliotecas digitales de personalidades.
-Bibliotecas digitales por tipos de documentos.
-Bibliotecas digitales especiales.

Un riguroso, eficaz y muy útil trabajo el realizado por la Fundación Alonso Quijano con este Anuario, y la constatación de que los bibliotecarios de España han sido y siguen siendo uno de los cuerpos profesionales más adelantados en nuevas tecnologías aplicadas al libro y al fomento de la lectura. Nuestro agradecimiento a Conchi Jiménez por su atención con Paradigma Libro y nuestra felicitación por su trabajo de coordinación.
Para los bibliotecarios el reto del entorno digital es un aliciente para seguir investigando y ganando nuevos ámbitos de trabajo, y en definitiva, nuevos lectores. Mucho debemos aprender pues libreros y editores de los bibliotecarios 2.0.

21 junio 2009

TUSQUETS-ANAGRAMA: 40 AÑOS DE EDICIÓN INDEPENDIENTE

En estos días de libros y feria hemos tenido oportunidad de reencontrarnos con una de las más admirables representantes de la edición independiente española, con nuestra querida Beatriz de Moura. Elegante, vivaz, Beatriz se te acerca siempre con una sonrisa, te saluda efusivamente y hace sentirte protagonista, cuando la protagonista es siempre ella: de nuestro respeto y admiración, pero sobre todo, de nuestro cariño.




40 años de edición que comparte con sus lectores en este catálogo conmemorativo (más de 400 páginas), verdadera autobiografía de un saber hacer y decir. Junto a los exhaustivos índices, de autores y obras, de colecciones y de títulos, se agradece el amplio álbum (con espléndidas fotos de los co-protagonistas de la editorial, sus autores y amigos), la galería de retratos de sus autores, y el magnífico material gráfico de carteles y material de promoción (casi nos atreveríamos a decir que este catálogo debería figurar como material docente imprescindible para cualquier master de edición que se precie).



Un catálogo que se abre con varios escritos de Antonio y de Beatriz contando Tusquets, contándose a sí mismos. Todo editor es consciente del carácter autobiográfico de su labor editorial, de su proyección en su catálogo, que no es sino un sí mismo, un doppelgänger, otro que no deja de ser la quintaesencia de sí mismo. Cuenta Beatriz la historia de Tusquets, de sus colecciones, de sus éxitos y de sus fracasos, de sus cifras y de sus premios… pero sobre todo cuenta de su hacer, del secreto de su labor, que no responde sino a un principio y a un propósito. El principio: la coherencia, por encima de obediencia a idearios o rutinas, por encima de modas. El propósito, más que firme en su caso: «nunca dar gato por liebre a los lectores».


40 años también son los que cumple Anagrama, que en su ya tradicional (cada lustro) «Deconstructing Anagrama», nos da cuenta también de su quehacer editorial de esta forma tan original, en un elegante y portátil «catálogo-fetiche», donde Jorge Herralde revela de nuevo las claves de esta magnífica «caja de herramientas»: una voluntad y una vocación. Su voluntad, también firme en estos años: la política de autor. Su vocación: la cultural.


Otra vuelta de tuerca la de estos editores, grandes maestros de todo editor independiente, que ante los retos de las nuevas tecnologías y del laberinto digital, se muestran a la vez serenos y expectantes, pero sobre todo, firmes defensores y creyentes en el libro en papel.

Beatriz de Moura y Jorge Herralde seguirán siendo nuestra brújula por muchos años, no sólo por maestros, sino porque han tenido algo de visionarios: «la industria editorial –la grande y la pyme–, tal vez hacia mediados de este siglo, será radicalmente distinta de la que hemos conocido hasta ahora mismo; pero será. Será, pese a quien pese».
Gracias a vuestra labor, Beatriz, Jorge, sabemos qué es y qué no es la edición independiente. ¿Qué es?: catálogo, política de autor, vocación estética, compromiso de coherencia y autenticidad, oficio y artesanía, profesionalidad y conocimiento del mercado, marketing personal y elegancia. ¿Qué no es?: dar gato por liebre. Enhorabuena a ambos, y muchas felicidades.

18 junio 2009

PEQUEÑOS NO, INDEPENDIENTES

En París, en pleno Barrio Latino, al lado de Sant Michel y cerca de la Sorbona, los editores no son pequeños, sino independientes, y lo certifican inaugurando apenas hace unos días una librería muy especial: Pippa, la «Librairie des Éditeurs Indépendants». Con tan solo su nombre esta nueva librería parisina define su posicionamiento de mercado y la composición de su portfolio de producto, o como decimos por estos lares, «de qué van»; pues eso, de independientes. ¿Se podría llevar a cabo en España una iniciativa similar?, se preguntaba Elogio de la librería hace unos días

Hace unos meses subimos una entrada en la que afirmábamos la necesidad de la elaboración una Hoja de ruta de la Edición Independiente. En dicha hoja un capítulo importante lo ocuparía la elaboración de un Mapa de distribución selectiva de la Edición Independiente. Ha llegado el momento, afirmábamos, de que los editores independientes españoles, con una crisis de visibilidad alarmante, se decidan a fomentar, patrocinar y apadrinar un eslogan que conforme una red de librerías que garantice la presencia continuada de ciertos sellos editoriales y genere cierta militancia en torno a ellos.

Apenas hace unos días, ante las preguntas de ciertos colegas, plasmamos en una nueva entrada nuestra visión de lo que significa «edición independiente», bastante alejado del concepto «pequeño». Si en otros países como Francia o en la mayoría de Hispanoamérica existe una militancia rigurosa y eficaz en torno a la «Edición Independiente», en España, o al menos en Madrid, seguimos a cuestas con el concepto de «Pequeñas Editoriales».

Al margen de estar obsoleto y dejar un mal sabor de boca, por ser casi ofensivo, el concepto «pequeñas editoriales» nos sigue creando serias dudas: ¿Se es «pequeña editorial» por la facturación? ¿Por la rentabilidad? ¿Por la poca visibilidad mediática? ¿Por vocación de insignificancia y marginalidad? ¿Por capacidad financiera? ¿Por recursos humanos y empresariales? ¿Por un catálogo en construcción? ¿Por definición «contra» o «frente» a otros? etc…

Creemos que los Editores Independientes en España tienen la suficiente identidad como para «hacerse visibles» como tales y con pleno derecho. ¿No será que se es independiente por la dimensión cultural? ¿Por la profundidad del catálogo? ¿Por la especialización en mercados nicho o micro-nicho? ¿Por el compromiso estético? ¿Por su responsabilidad empresarial con un modelo sostenible, aliado de la red de librerías independientes?

A ciertos editores no les queda otro remedio que definirse como «pequeños» porque no tienen nada que esgrimir frente a otros que son «grandes». A los independientes no les crea ningún problema convivir con los grandes, porque son de otra especie y se definen y actúan por sí mismos.

La Comisión de Pequeñas Editoriales de la AEM organizó hace un tiempo unas jornadas de análisis sobre la problemática de la distribución. Las jornadas fueron un éxito de público y participación gremial, dejando bien claro una de las preocupaciones más acuciantes de la edición independiente en este país, factor determinante sobre la visibilidad de sus sellos. Pues bien: ¿no ha llegado el momento de ponerse a trabajar sobre el tema de la visibilidad de la EI en los puntos de venta? ¿No ha llegado el momento de que los Editores Independientes se pronuncien sobre su condición de tales?

17 junio 2009

FERIA DEL LIBRO DE MADRID: BALANCE Y FUTURO

La Feria del Libro de Madrid 2009 ha terminado y ya tenemos que ponernos a pensar la próxima edición, la 69. Lo que ha quedado claro en esta ocasión es que las expectativas lúgubres con las que arrancó no se han confirmado; de hecho, la Feria ha mantenido un tono en ventas relativamente bueno y muy similar al del año pasado. Se puede confirmar abiertamente, según los datos aportados por la propia organización, que el aumento de ventas ha estado en una horquilla entre el 8% y 10%; por lo que se puede afirmar que el balance es francamente positivo.

Eso quiere decir que una caseta de editor independiente de tamaño medio o pequeño ha facturado que facturó el año pasado entre 10.000 y 40.000 euros, este año ha facturado 2.000 euros más en el primer caso, 4.000 euros más en el segundo. Lo mismo se puede aplicar en el caso de las librerías, que les habrá ido según y como: las firmas fuertes y el «tendido sombra» habrán ayudado lo suyo.


Cierre positivo, pero las estadísticas no nos pueden hacer olvidar un par de cosas. La primera y principal: desde enero hasta junio las librerías han estado y siguen vacías, con descensos de ventas muy acentuados y serios, con una ralentización de la actividad comercial muy severa y preocupante, y generando un volumen de devolución más que constante (los distribuidores no pueden más y ya han empezado a aplicar soluciones drásticas).



En segundo lugar, el buen tono de la Feria de Madrid apenas es un paliativo del problema, para algunas editoriales y para las librerías madrileñas; pero desde luego, no una solución en sí misma. Una vez pasada la Feria es más que razonable pensar en una vuelta a la ralentización de la actividad comercial del sector. No vemos ningún motivo para esperar un cambio de tendencia a corto plazo. A pesar de la afluencia multitudinaria al Retiro, debemos tener en cuenta que un alto porcentaje de compradores apenas visitan muy ocasionalmente las librerías, o ni siquiera las visita. En ese sentido, los interrogantes sobre la actividad comercial de librerías y editoriales vuelven a estar en el aire.

Una cuestión que nos parece fundamental a la hora de reflexionar sobre la Feria es partir del su carácter altamente comercial: «La nuestra es una feria de venta, pura y dura», ha sostenido su director en varias ocasiones. La Feria es una enorme caja registradora de venta de libros, obviamente con la aprobación tácita y unánime de libreros y editores.


No obstante, se echa en falta, desde nuestro punto de vista, unos planteamientos culturales de mayor envergadura y rigor. El modelo de la Feria de Madrid empieza a envejecer y necesita ser rediseñado, para lo que se hace imprescindible una comisión organizadora que agrupe más sensibilidades y puntos de vista, más allá de ciertos «ajustes» en el reglamento. Es obvio que la «diversidad» editorial viene avalada por la presencia de los editores independientes con su fondo completo, por lo que habrá que hacer todos los esfuerzos necesarios para que en años venideros la Feria cuente con una participación más activa de los editores. No obstante, evitando enfrentamientos inútiles, hará falta más talante y temple por parte de todos.

En cuanto a propuestas de mejora proponemos:

· Una comisión plural que aborde un planteamiento de la Feria donde la actividad cultural pase a un primer plano, junto o al mismo nivel que la actividad comercial, aparentemente asegurada hasta ahora. Hacer caja está bien, pero la Feria necesita urgentemente generar valor añadido a sus visitantes; si no, dejarán de venir.

· Hay que repensar el horario durante los fines de semana; si tiene sentido la apertura en sábados y festivos a las 5 de la tarde (cuando no está ni el gato Félix), y el cierre a las 9 de la noche (cuando la gente está muy por la labor).

· Hay que estudiar la posibilidad de dotar de algún sistema de refrigeración ecológico a la Feria, para los días de fuerte sol, que pueden ir desde las lonetas tipo «Corpus» hasta los aspersores utilizados en la Expo de Sevilla.

· Sería oportuno abordar una dinamización profunda de la Feria, de forma que se genere un importante aumento del tráfico al circuito. La incorporación de ciertas actividades más lúdicas ayudaría a tal efecto.

· Se podría estudiar la posibilidad de hacer de los viernes una jornada especial, con un horario nocturno (se abriría por la tarde a una hora más avanzada), con una sesión nocturna de música y libros en el interior del parque, aprovechando la climatología agradable para crear un ambiente festivo que invitara a quedarse al público, disponiendo de las casetas abiertas hasta medianoche.
En definitiva, la Feria ha sido buena y hay que alegrarse por ello, pero debemos repensar qué Feria queremos en el futuro. Todo es mejorable si aunamos voluntades.

12 junio 2009

LA EDICIÓN INDEPENDIENTE EN FRANCIA

Hace unos días cayó en nuestras manos un librito interesante titulado ¿Para qué sirve el libro? Divagaciones heterodoxas, de Editorial Popular, escrito por un conjunto de autores franceses entre los que se encuentra A. Schiffrin y Eric Hazan.
El libro, cuyo título original es Le livre: que faire?, fue editado en Francia en 2008 y repasa una serie de temas sobre la situación y problemática del mundo el libro, a partir de datos de la situación del mercado del libro en Francia, pero el análisis general es perfectamente trasladable al mercado español.
Extractamos de él una serie de consideraciones, a modo de cata:
· A juzgar por el número de médicos que lo atienden, el libro no se encuentra nada bien.
· De lo que se trata hoy es de salvar al “libro”, considerado como una categoría única y homogénea. Ahora bien, todos sabemos que la realidad es otra. Por un lado, existe un número de libros que son productos industriales, elaborados siguiendo las reglas del marketing, y comercializados ante todo con el apoyo de los grandes canales habituales existentes a lo largo y ancho del país.
· Si los principales medios y los grandes grupos editoriales están en manos de los aliados de Sarkozy, ¿cuál es la alternativa? Aquí la existencia de la edición independiente es crucial.
· El hecho de que algunos diarios y editores pertenezcan a fundaciones independientes, sin fines lucrativos, o a cooperativas, parece ser el mejor medio de preservar la autonomía política y cultural.
· Interesantísimo el capítulo sobre los derechos de autor, en el que se reproduce un texto de Victor Hugo escrito en 1878, que no tiene desperdicio, y en el que se plantean los límites de este derecho. Nos imaginamos lo que hubiese dicho si en su época funcionasen las sociedades de recaudación e Internet.
· Los altibajos que afectan a la economía del libro nos obligan a reconsiderar radicalmente los dispositivos de ayuda pública, tanto a nivel nacional como regional.
· La máquina de distribución tiene sus propios criterios, que funciona dejando de lado a buena parte de los libreros y editores independientes.
· En lo que concierne a la hiperproducción: ¿en qué momento se pasa de la “diversidad válida” a la “profusión malsana”?
· Antes, los proveedores de las bibliotecas podían acordar un descuento que llegase hasta un 20% o un 25%, lo cual daba una ventaja absoluta a los grandes mayoristas en detrimento de los libreros, que no podían permitírselo. Hoy en día, el descuento está limitado al 9%.
En resumen, un libro interesante, imprescindible y de obligada lectura para todos los profesionales del mundo del libro, incluidos por supuesto los bibliotecarios. Saludamos con alegría y admiración la aparición de este tipo de libros en España, coincidiendo con la salida de los dos nuevos títulos de la colección Tipos móviles, de Trama Editorial. ¿Es casual que ambas iniciativas sean publicadas por editores independientes?

06 junio 2009

DE FERIA: EL LIBRO DE BOLSILLO Y EL FIN DE LAS LIBRERÍAS

Todos tenemos puestos los ojos en la 68ª edición de la FLM, a la espera, con expectación, de unos resultados que o aparten definitivamente, según unos, el espectro de la crisis, o confirmen, según los más, los errores acumulados de un paradigma a punto de estinguirse. Unos y otros, mientras tanto, echamos mano del bolsillo: del monedero, casi todos, para contar una vez más cuánto dinero de verdad nos podemos gastar este año en la Feria; los otros, a las ventas de los libros de bolsillo, gracias a las cuales, según algún gurú, "la Feria esquiva la crisis".
No sólo en Salamanca se han afirmado rotundamente las virtudes exorcistas de la crisis por parte del libro de bolsillo. Los libreros de Madrid, y en concreto su Presidenta, Pilar Gallego, con motivo de la inauguración de la FLM el pasado día 29 de mayo, sostenía que "parece que se está vendiendo más el formato de bolsillo".

Algunos han deducido con razón que el interés por el libro de bolsillo no responde sino al apretón al que el bolsillo de los españoles se está viendo sometido por la crisis, y avanzan con fundamento que el "interés ahorrador" va a convertir al libro de bolsillo, y no al libro digital, en el verdadero portagonista de la Feria del Libro de Madrid.

Puestas así las cosas, queremos compartir con ustedes la siguiente reflexión:

"Por más trivial y cotidiana que sea la escena, vale la pena analizarla en detalle, ya que es la clave de la industria del libro de bolsillo. Ni el productor ni el crítico pueden hacer abstracción de ella. Lo primero que llama la atención es que el transeúnte se encuentre completamente solo ante el móvil [expositor] lleno de libros. Su único interlocutor es este mecanismo reluciente.

"El librero se ha retirado y la librería ha adquirido el aspecto de un self-service. Asesorar al cliente, conversar con él, poner a su disposición la propia experiencia y responsabilidad, todo lo que tanto prestigio intelectual había dado al oficio de librero, ha perdido su razón de ser.

"También ha perdido importancia la disposición del surtido, la selección de libros entre la multitud de producciones literarias e intelectuales, cosas que antes daban a cada librería una fisonomía peculiar. Ahora esta selección previa corre a cargo del productor, y el librero se ha visto obligado a convertirse en simple comprador y vendedor de series enteras, prefabricadas.

"Su misión es parecida a la de un propietario de una sala de cine: obligado por un contrato, a menudo por pura comodidad, tiene que adquirir "lotes" y frecuentemente "a ciegas". Esta tendencia es visible sobre todo en las librerías especializadas en libros de bolsillo que se han ido abriendo en las grandes ciudades; en ellas la función del librero se reduce a la de un cajero.


"Estas tiendas son, en realidad, supermercados de literatura que, sin necesidad de cambiar el personal, se pueden transformar en cualquier momento en tiendas de comestibles o de corbatas de acuerdo con el principio de "sírvase usted mismo"...


Hasta aquí la cita de un texto que nos ha parecido muy revelador de la situación que estamos viviendo en España en los últimos meses. La exaltación del libro de bolsillo por parte de editores y libreros como el talismán definitivo que nos salvará, a unos y otros, de la peste de la crisis, se revela así como un arma de doble filo, una huida hacia adelante que, de forma irresponsable, no ha valorado las consecuencias últimas de su argumentación demagógica, como puede ser el fin de las librerías tal y como las conocemos.

Pero estamos acostumbrados a que el sector del libro en España improvise, en vez de reflexionar, y dispare, en vez de planificar. Lo curioso de todo esto es que el texto que hemos citado, cuyo autor no es otro que Hans Magnus Enzensberger, pertenece a su libro Detalles, publicado en Alemania en 1962 y editado en España en 1969 como número 1 de la colección "Argumentos" de Anagrama. No sabemos quién fue más premonitorio: si el escritor alemán, o su editor español, Jorge Herralde.

Ya no es que el libro de bolsillo nos vaya a sacar de pobres, que no va a ser el caso; es que con tanta demagogia e improvisación, nos estamos cargando el sector, señores. Y de paso, las librerías. Por cierto, la máquina expendedora de libros de bolsillo (Vending Books), con su eslogan desternillante ("alimenta tu mente"), es un invento español, que en sus primeros meses ya ha facturado más de 85.000 euros. Por supuesto, su oferta es más que evidente: puritito best-seller.

04 junio 2009

EL SINODAL DIGITAL: NI SINODO NI DIGITAL

Ayer tarde, un año más, Fray Antón se mostró receloso de los ingenios luciferinos de maese Juan Párix, impresor de talento que logró imprimir el primer libro en España, allá por 1472. Aguilafuente estuvo presente en cuerpo y alma ayer en la Feria del Libro de Madrid, como anfitrión de estas jornadas de rocambolesco nombre: "Del Sinodal al Digital".


Con la representación fresca y con mucho talento de los vecinos de la cuna del Sinodal, y tras la presentación de las autoridades "civiles y militares", se inauguraron estas curiosas jornadas con una primera sesión (dedicada a los derechos de autor en el entorno digital) en la que participaron, entre otros, Joaquín Rodríguez, amigo paradigmático y gurú de los futuros del libro. Su ponencia, sin lugar a dudas la más interesante de toda la tarde, está disponible en su blog. Nos gustaría destacar su línea de argumentación respecto al laberinto de los derechos de autor, que nos parece muy razonable.


Rodríguez, frente a la demagogia imperante, que plantea como irreconciliables las posturas enfrentadas respecto al tema de los derechos de autor en el entorno digital, aboga por disolver prejuicios y falsos mitos. Los dos paradigmas enfrentados, según Rodríguez, están generando un falso antagonismo, basado en un maximalismo que hace un flaco favor al sector. El paradigma A (conservador) respondería a las siguientes claves: propiedad y materialidad. El paradigma B (progresista) respondería, en cambio, a otras claves: acceso y fluidez.


Rodríguez terminó reclamando una "pedagogía integral" sobre los derechos de autor para todo el sector y la sociedad en general, reclamó el derecho de todo autor a graduar la disponibilidad de sus contenidos, incluso defendiendo la figura de la "renuncia patrimonial", y dejó claro que "la circulación libre de los contenidos ayuda y ayudará al crecimiento del conocimiento". Los demás ponentes (un representante de CEDRO; otro de la Agencia Balcells y una bloguera) dejaron claros cuales eran sus intereses, pero cada uno habló de sus bingos.
En el debate, Paradigma Libro apuntó sus dudas y reflexiones sobre lo escuchado a los otros ponentes:

-Actualmente hay una especie de fascinanción por la Web 2.0, Internet, la red, y por supuesto, un inocente y no tan inocente capricho por la cacharrería digital. La palabra clave es "disponibilidad" y la gran impostura es que "todo está en internet". Pero pocos están afrontando la realidad, en términos de cambio cultural, que está suponiendo la irrupción de la era Google al mundo del libro y la lectura.
-Los editores, sin haber diseñado estrategias sólidas y contrastadas, están irrumpiendo en el entorno digital desde un enfoque de negocio, pero con sus mañas habituales. En un espacio, como es el digital, donde el valor de los contenidos está tendiendo vertiginosamente a cero, quizá no hay mucho negocio que rascar para editores y libreros en un futuro aún en incógnita.
-Se está sacralizando la idea del "acceso", dotando a Internet y las nuevas teconologías de un poder casi mágico que nos facilita, "por fin", la disponibilidad del "conocimiento". Pero señores, no seamos tan peliculeros: los contenidos llevan disponibles, ahí en las librerías (pagando) y ahí en las bibliotecas (sin pagar), desde hace siglos. La democratización del acceso a la cultura se convierte en arma demagógica para ensalzar las virtudes de la red, cuando las bibliotecas llevan muchos años siendo entornos de encuentro democrático con la lectura y el libro. Se esgrime la ventaja de no tener que salir de casa para acceder a los contenidos: Internet nos volverá, por tanto, antisociales, agorafóbicos y obesos.
-Se confunde significativamente "contenido" con "conocimiento". Internet no nos hará más sabios. La disponibilidad de los contenidos, en estado mayestático, no garantiza absolutamente nada. Internet y el acceso inmediato (gracias a una buena ADSL) a ciertos contenidos, no es un festín para nadie si nadie tiene la necesidad de buscarlos (y aún encontrarlos a precio de regaliz). La disponibilidad de los contenidos no va a provocar, por generación espontánea, que se dupliquen nuestros lectores, ni va a propiciar, por ósmosis, que seamos más sabios. Las bibliotecas digitales serán almacenes sofisticados tan llenos de polvo virtual como nuestras aún perfectibles bibliotecas de ladrillo y papel lo están de polvo orgánico, si el fomento de la lectura, más allá de ser una religión o una política pública, no empapa la cultura de la sociedad civil del país.
-El sector del libro, editores y libreros, deberían evitar el maniqueísmo, falso y torpe, que enfrenta el píxel al papel, lo digital al libro impreso. Nunca se han vendido tantos libros en papel, nunca se ha leído y escrito tanto gracias a la Red; es más, la Red nos ayuda a dar a conocer, publicitar, promocionar y vender mejor nuestros libros en papel.
-Por otro lado, editores y libreros y agentes de la cultura deberemos abordar una profunda pedagogía sobre el laberinto digital, si no queremos quedar ante terceros como fenicios en busca del negocio a toda costa, o como ignorantes que ante lo desconocido, lo despreciamos y ridiculizamos; o peor, como frikis con "furor virtual".