17 marzo 2009

FRANCIA APUESTA POR LA DIVERSIDAD CULTURAL Y LA EDICIÓN INDEPENDIENTE

En estos días se está celebrando en París una nueva edición del Salón del Libro, que ha contado este año con México como invitado de honor. Francia abre las puertas al español, con un despliegue mediático atractivo, un programa de actos apretadísimo y una cartera de invitados envidiable. Tenemos aún mucho que aprender los españoles de los franceses. Que tomen nota los responsables del Liber. ¿Para cuándo un portal permanente de Liber donde nos demos cita virtualmente los profesionales del libro, durante todo el año?


Sigamos en Francia: con un cierta regularidad solemos consultar la página web del Centre National du Livre de France (¿para cuándo algo parecido en España? ¿Es tan difícil? ¿Cuándo dejaremos de organizar congresos de libreros o de editores, para convocar un Congreso Nacional del Libro?). Pues bien, en nuestra última visita al portal francés nos quedamos anonadados al comprobar por dónde están tirando nuestros colegas franceses. Al pinchar el menú “Aides aux éditeurs” se puede ver la enorme gama de subvenciones de que gozan los editores del país vecino. Veamos:



· Ayudas a la edición de publicaciones.
· Préstamos (a interés cero) para la edición de libros.
· Subvenciones a los editores para la preparación de de proyectos colectivos editoriales complejos.
· Subvenciones a las colecciones y a proyectos de edición plurianuales.
· Subvención a los editores para asumir costes de imágenes e iconografía.
· Subvención para la traducción de obras francesas a lenguas extranjeras.
· Subvención a los editores para la traducción de obras extranjeras al francés.
· Subvención a los editores para la traducción en lenguas extranjeras de dossieres y extractos de obras.
· Subvención a los editores para digitalización.
· Subvención a los editores para edición multimedia o sites agrupados de editores.
· Subvenciones excepcionales a los editores para reimpresiones.
· Subvención a los editores para la creación y desarrollo de portales y webs colectivos.
· Ayuda a la creación y difusión de obras en formato digital.

Verdaderamente apabullante. Esto sí que es promover y potenciar las industrias culturales y, sobre todo, la diversidad editorial. En algún momento parecería conveniente que los editores españoles establecieran unas líneas de trabajo convergentes, como colectivo, para proponer al Ministerio y a las instituciones autonómicas hojas de ruta basadas en alguno de estos puntos, en apoyo a la edición cultural e independiente. Hace falta mucha más proactividad e innovación en el sector editorial español, y los editores han de tomar las riendas en ese sentido, recuperando un liderazgo perdido hace tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante.

Ahora: ¿sabemos cuánto se destina a cada ayuda o cuánto, al menos, es el presupuesto global? Mi duda viene por: ¿un editor español sería capaz de fraccionar el presupuesto ministerial (vosotros conocéis las cifras) de acción humanitaria, perdón, de adquisición de ejemplares, para que fuera repartido entre otras opciones ayuda a la digitalización, préstamos o ed. multimedia?
Quiero decir con esto que la hucha no es infinita. Me impresiona el plan de ayuda, pero no sé si eso multiplica por diez el presupuesto o es sólo diversificación de opciones (que por otra parte, me agradaría todavía más).

Saludos,
P.

PD: También tenéis algo de culpa vosotros, pero es que lo de "edición independiente"... cada vez dudo más. No porque no concorde con lo que designa hoy por hoy, sino porque empieza a ser limitado o parcial... Me entendéis.

Anónimo dijo...

Las ayudas del estado que reciben los editores en Francia no se diferencian mucho de las ayudas que recibe el resto de los sectores industriales. Sí, es cierto que manejan un presupuesto envidiable para los que miramos desde aquí, pero los costes de la vida empresarial en Francia también son impensables para nosotros; impuestos y seguros sociales nos sobrepasan.
Además, las publicaciones en Francia son exportables, lo venden todo, lo compramos todo, se trata de una inversión cultural con aires imperialistas, ellos siembran y crecen en cualquier parte del mundo con estas políticas. Su invasión cultural es trabajo de siglos. Sin embargo, estas ayudas se han ido recortando desde hace unos cuatro años, desde aquí lo notamos, por ejemplo, en las ayudas que recibe el editor español que publica francés. Las recibirá, pero con más reparos, y se estudiará su proyecto individualmente de forma excepcional, no cediendo una parte de la bolsa que ya no existe.
En cuanto a la diversidad editorial, creo que es labor de los grandes grupos editoriales, que compran a las pequeñas dejándolas vivir como vivían hasta antes de la compra. Más de la mitad de los "independientes" pertenecen a las grandes y nadie se atrevería a decir que han perdido su identidad. Este es un premio de la propia industria, el sector editorial francés premia ciertas trayectorias.
Las verdaderas ayudas al editor en Francia proceden de los engranajes del propio sector editorial, y esto sí que es un dato sorprendente: cuantas editoriales viven endeudadas con su distribuidor, que sigue apostando por ellas, cuantas grandes editoriales ayudan por detrás a las pequeñas (me refiero a ayudas financieras) durante años antes de comprarlas.
Pero sí, el programa de ayudas a la edición en Francia, de todos modos, pone los dientes largos.

David Villanueva
DEMIPAGE
www.demipage.com