Los bibliotecarios, ante el cambio de paradigma en el sector del libro, reclaman esta semana nuestra atención. "Miénteme, dime que me quieres", la desgarradora súplica que Vienna (Joan Crawford) le lanza a Johny Guitar (Sterling Hayden), nos sirve como anillo al dedo para describir el sentir generalizado de los bibliotecarios ante la poca atención que el sector editorial le ha prestado, según ellos, en los últimos años.
Lluís Anglada, director del Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Cataluña (CBUC), en su entrada de ayer en Bdig, al hilo de sus comentarios a nuestro libro, lanzaba este guante al sector del libro, plasmado en estos tres contundentes toques de atención:
- El libro tiene el gran valor de inserir el análisis del sector del libro en una dinámica más general que dirige el mundo de las empresas y del consumo. Los profesionales (todos) estamos tentados de fijarnos en las tendencias propias de nuestra parte de mundo. Debemos hacerlo porqué esta es la realidad en la que nos movemos, pero sin olvidar que difícilmente las tendencias específicas pueden sustraerse de tendencias más generales. Por ejemplo, entre bibliotecas universitarias se critica la concentración de la edición científica en pocas manos como si fuera una estrategia pensada para estrangular económicamente a las bibliotecas, cuando no es más que una manifestación específica de una tendencia general (que puede gustar más o menos, esta es otra cuestión). Siempre he sido partidario de prestar más atención a la sociología y a la economía que a la tecnología.
- El mercado es un continuo y el vigor del mercado se consigue con una cadena formada de agentes vigorosos y no con la fagocitación de un agente por parte de otro. Inventores, productores, intermediarios, vendedores y consumidores=creadores, editores, distribuidores y bibliotecas, librerías y lectores. Para que el sector progrese tienen que ser eficiente y dinámico. Es mejor un gran espacio en el que haya lugar para todos que un espacio achicado con pequeños fragmentos para algunos.
- ¿Por qué el sector del libro tradicional (editores, distribuidores y libreros) ha prestado tan poca atención a las bibliotecas y a los bibliotecarios a pesar de nuestra posición como compradores y como presciptores? ¿Por qué las asociaciones profesionales (de bibliotecarios) han tenido tan poco interés en entrar en las dinámicas de debate del sector?
Parece oportuno, ahora más que nunca, recoger este tercer guante y propiciar, de forma imaginativa, la creación de lazos y vías de comunicación fluida entre editores, libreros y bibliotecarios. No todo es "negoci"; el debate y la reflexión entre estos colecticos son muy necesarios en tiempos oscuros y de incertidumbre –económica y tecnológica–. Recordamos aquí los diversos comentarios que hemos vertido, tanto en el blog como en nuestro libro, sobre la conveniencia de crear un foro o encuentro, con cierta regularidad, entre la edición independiente y la red de bibliotecas. Los comentarios personales de Anglada nos lo confirman. Señores: ¡hagan juego!
1 comentario:
Si fue difícil la entrega del libro dentro del propio país, imagínense ustedes cómo sería para este humilde lector que se interesó en el mismo. Se ve que es un estupendo libro, y vale el comentario para el blog. Saludos.
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