31 mayo 2009

TOMAMOS EL PULSO A LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Llevamos apenas tres días de Feria y, aunque parece prematuro vaticinar resultados, nos atrevemos a diagnosticar que la FLM tiene la "tensión alta". Barajamos aquí algunas conjeturas e hipótesis tras tomarle el pulso, obviamente después de haber charlado, largo y tendido, con numerosos editores y libreros en los típicos «baretos» de la Feria (por cierto, vaya precios, limón granizado 3 euros, cañas a 2,40... para que luego digan que los precios deflacionan):

1. La FLM es una enorme caja registradora: editores, distribuidores y libreros muestran estos días un afán desmedido –y legítimo– por vender; pero en esta feria se echa en falta más y mejor organizadas actividades culturales.

2. Los primeros datos, de tres días de trabajo, apuntan a unas ventas similares, o algo ligeramente inferiores a las del año pasado.

3. Se observa que el público elige libros en rangos de precios inferiores a los 20-25 euros, y que suelen comprar un solo libro. El porcentaje de público que compra 2 ó 3 libros en la misma caseta es muy inferior al del año pasado.

4. La compra media por cliente y operación será más baja que el año pasado. La gente cuenta la calderilla que lleva en el bolsillo antes de decidirse a comprar.

5. Mantener una cifra de facturación similar al año pasado requerirá que el tráfico de público a la feria sea más elevado.


Al carecer la FLM de patrocinadores potentes como otros años, que inyecten liquidez al presupuesto publicitario, lo único que parece poder provocar tráfico visitante/comprador es el enorme ruido mediático que la propia FLM ha generado por la no inclusión del libro electrónico en esta edición. No olvidemos, no obstante, que al público en general el libro electrónico (si sabe lo que es) ni le va ni le viene, y que además no constituye hoy un tema capital para los editores y los libreros.


Esto no quiere decir que ambos (libreros y editores) no deban irse posicionando sobre el asunto, y que hubiese sido una oportunidad de apuntarse el tanto para los responsables de la FLM si hubiesen liderado el montaje de una instalación que recogiese, por ejemplo, una muestra de los nuevos soportes, al menos a título de curiosidad, o hubiesen organizado -para fomentar la lectura de libros-papel- una convocatoria de lectura en público, a título pedagógico-festivo. Pero claro, aquí todo es negocio, solo negocio. Y divididos ambos, libreros y editores, es difícil imaginar y hacer cosas juntos que reviertan en beneficio de la Feria para mantenerla como acontecimiento cultural de fama internacional.

Al igual que hace años esta misma Feria disponía de una carpa dedicada a los productos electrónicos, estamos convencidos que en años venideros se prestará mucha atención a los nuevos soportes, aunque este año no exista demanda ni presión de mercado. Otro tema es que haya grupos mediáticos, empresas de consultoría, y demás gurús de diversa idiosincrasia interesados en generar expectativas e irrumpir en el mercado de forma intensa. Pero no nos engañemos, en cuanto existan las condiciones mínimas necesarias y esto huela a negocio, la Feria no será insensible al tema.

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